Por tres razones, Radio Nacional de España, nos entrevista y expone la problemática de los adolescentes conflictivos que sus padres no saben como educar y proteger. Jóvenes que no se dan cuenta de que se pueden hacer mucho daño y a los que el sistema expulsa por carecer de recursos de atención infanto juvenil. El colegio los expulsa o simplemente no acuden, se quedan en el parque con los amigos o en casa durmiendo, consumen drogas o tienen depresión, muchos de ellos tienen trastornos sin diagnosticar o mal diagnosticados, convirtiéndose para la familia en una vivencia insoportable donde a veces la violencia es el único modo de comunicación viable.

Drogas y conductas de riesgo en menores. No hay que tirar la toalla, hay que luchar por los hijos.

El estado construye y gestiona residencias de ancianos, colegios, y centros de educación especial o de trastornos de la adicción para adultos, pero la asistencia terapéutica del adolescente es la gran olvidada. Se abren centros de día para jóvenes con problemas psiquiátricos en casi todos los hospitales ante la demanda creciente de las familias que se ven absolutamente imposibilitadas para salvar a su propio hijo, pero estos centros tienen aun largas listas de espera.

No hay recursos públicos para un joven que fuma porros, maltrata a su familia a la que insulta y en muchos casos tiene atemorizada, no estudia y tiene amigos indeseables. No se contempla que es un menor y que tenemos que darle solución a muchas conductas alteradas. No hay recursos tampoco para un chico que no se levanta de la cama y no quiere ir al colegio y se queda encerrado durante días, ni para el chaval que permanece en el parque durante horas sin acudir a su centro escolar.

Los padres pierden la autoridad con sus hijos porque los sistemas de contención y control de los menores, no funcionan. Entre ellos se cuentan continuamente las fechorías y como se libran de ellas además de como librarse de los límites paternos con la ley del menor en la mano. “No pueden dejarte en la calle” es la frase más oída entre los adolescentes con problemas de conducta. Se la repiten los colegas cuando no cumplen con sus obligaciones y los padres pretenden imponerles sanciones de tipo, “si vienes drogado aquí no entras”. Algunos se atreven a denunciar a sus propios padres porque no les abren la puerta de casa cuando incumplen o no les dan dinero y la policía los llama para leerles los derechos de sus hijos ignorando que los hijos también tienen deberes que no cumplen y que nadie les obliga a cumplir.

Orientak se crea par ayudar a las familias a resolver los problemas con sus hijos. No mirar para otro lado es la máxima a aplicar. Todo tiene una solución. Lo importante es no tirar nunca la toalla porque los hijos que hoy son adolescentes se convertirán en adultos, y con ello la madurez llamará a su puerta. Todo el mundo madura. Otra cosa es que nuestros hijos no consigan ser abogados o médicos, pero todo el mundo termina madurando. Solo hay que esperar pacientemente conteniendo las adolescencias febriles y previniendo sus conductas de riesgo.

Nuestros jóvenes son víctimas de una generación de padres con unas características determinadas, permisividad en los límites, falta de aplicación estricta en las consecuencias, y laxitud emocional en las respuestas educativas, son las tres premisas de las que parte hoy en día la educación global, holística, integral. Los padres nos aterramos cuando nuestros hijos no nos quieren o no cuentan con nosotros. Nos sentimos vacíos si no nos presentan a sus amigos por terribles que estos sean, tenemos sensación de culpa cuando no le escuchamos por descabellado que pueda ser lo que dicen y todo esto no ayuda a nuestros niños a crecer. Lejos de eso les sitúa en un analfabetismo emocional que no desarrolla su capacidad de decisión y perseverancia en el objetivo. “Todo vale, si me quieres, y todo es posible si insistes”, eso es lo que perciben.

Existe un tipo de tratamiento absolutamente personalizado para cada caso. A cada adolescente hay que atenderlo de manera individual.

En RNE, presentamos unos padres que han querido ir más allá y denuncian la situación de su hijo que tiene trastorno de conducta. Ellos trabajan día y noche implacables para salir de esa pesadilla y Orientak ha permanecido a su lado apoyando reforzando y haciendo que las instituciones se muevan para atender a este niño, que finalmente se ha conseguido meter en un centro terapéutico internado.