Muchas personas, con la caída de la tarde, comienzan a sentir que sus miedos se acrecientan. La ansiedad y los temores, con la llegada de la noche, se vuelven más grandes. Para evitarlo, es bueno haber tenido actividad durante el día, mantener la mente ocupada en diferentes cosas, nos ayudara a llegar a la noche con menos ansiedad. Aun así, si esta aparece, lo mejor es tratar de distraerse. Una buena ducha caliente o un baño, una cena ligera y una lectura interesante o una película que nos haga mantenernos entretenidos, son buenas opciones.
Si lo que nos alarma es la acumulación de noticias, acerca de los crecientes casos de la enfermedad, puede resultar recomendable no obsesionarse con el tema, y no estar continuamente buscando información. No significa que nos mantengamos desinformados, solo que tratemos de no excedernos y que saquemos la información de fuentes fidedignas.
No debemos caer en la hipocondría, es decir, en la creencia falsa de que padecemos la enfermedad. Si nos permitimos obsesionarnos con los síntomas, es probable que acabemos creyéndonos que hemos enfermado. Hay indicaciones claras acerca de los mismos y también, acerca de cómo actuar en caso de que realmente, nos enfermemos.
Lo más peligroso de una pandemia así, es la histeria colectiva, por eso, tratemos de ser conscientes en todo momento de la realidad.