La crisis del coronavirus ha hecho que, por diferentes circunstancias, muchas familias se vean obligadas a pasar la cuarentena en distintos lugares, ciudades, e incluso, países. En otros casos, la existencia de riesgo de contagio a la población más sensible al virus también hace que se deban mantener las distancias. Algunos padres, se sienten profundamente angustiados, porque sus hijos, se encuentran lejos o no pueden verles. El temor ante lo desconocido por esta situación, mezclado con la incertidumbre de lo que ocurrirá o cuánto tiempo durará, causa en ellos una enorme ansiedad. Lo más importante es anteponer la seguridad de todos. Tratar de hacer un ejercicio de paciencia, mantener el contacto y centrarnos en el día a día. En estos momentos, la mejor manera de estar unidos es la de protegernos, la de evitarnos posibles riesgos y la de mantener un buen ánimo, a pesar de que la distancia con nuestros seres queridos nos afecte, para no transmitirles a ellos nuestra angustia. Las medidas tomadas por el gobierno son temporales, y ese debe ser nuestro pensamiento: el de sobrellevar lo mejor posible este tiempo de distancias para poder regresar a la normalidad cuanto antes y abrazar a nuestros seres queridos.