La importancia de los primeros años de vida
La estimulación cognitiva y el desarollo de las capacidades.
Los primeros años de vida son vitales para el proceso de crecimiento del cerebro y sus capacidades. La edad comprendida entre los 0 y los 6 años se caracteriza por una gran flexibilidad neuronal que posibilita el desarrollo de funciones esenciales como el control de la postura, el andar o el lenguaje. Los estudios concluyen que, mientras más estimulación experimente un niño hasta los 6 años, mejores y más desarrolladas estarán las áreas del cerebro relacionadas con la comunicación y las funciones cognitivas. La estimulación cognitiva, es por tanto, en edades tempranas, un factor esencial en el desarrollo de las capacidades que necesitamos para desenvolvernos en el mundo, pero:
¿De qué estamos hablando cuando hablamos de lo cognitivo?
Para responder esta pregunta debemos entender y conocer que son las capacidades o funciones cognitivas.
Podemos definir estas funciones como todos los procesos mediante los cuales un individuo percibe, reduce, procesa y almacena información. En otras palabras, todas las capacidades que ocupamos para funcionar en nuestro día a día, dándonos la posibilidad de interactuar con nuestro entorno y relacionarnos con los demás.
Lista de capacidades cognitivas
- Memoria auditiva a corto plazo.
- Memoria contextual, la capacidad para relacionar un recuerdo con su contexto específico.
- Atención dividida, que es la capacidad para realizar dos labores al mismo tiempo.
- Atención focalizada, la capacidad del cerebro para fijar la atención en un solo foco.
- Coordinación entre el ojo y la mano.
- Planificación.
- Memoria a corto plazo.
- Percepción espacial.
Todas nuestra vida está mediada por estas funciones, desde que nos despertamos por la mañana y damos el primer paso fuera de la cama para levantarnos estamos usando estas capacidades. En el trabajo, en los juegos, en el aprendizaje, en las relaciones, en el estudio, todo nuestro funcionamiento está estrictamente relacionado con ellas, de ahí la importancia de poder ejercitarlas y desarrollarlas.
La importancia de los 6 primeros años
Los primeros 6 años de vida determinan lo que un bebé puede llegar a ser. Es en este período, cuando la habilidad para captar información es inigualable (Valle, 1990.)
La educación en los primeros años de vida de un niño presenta una especial trascendencia, no solo porque determina el desarrollo físico y psicológico de este, sino también, por la importancia que tiene en la formación de las facultades intelectuales, en el carácter y la personalidad con que, la persona, se desenvolverá en su vida posterior, englobando todos los aspectos del desarrollo: afectivo, cognitivo, intelectual y social.
La naturaleza del proceso educativo experimentado en esta etapa es formativa, preventiva e inclusiva, debido a su capacidad para anticiparse a problemas relacionados con el aprendizaje y el desarrollo, así como también, compensar estas problemáticas en niños que presentan necesidades educativas especiales.
Presentándose como una importante variable, los estudios han encontrado grandes diferencias entre los niños que han crecido en ambientes saludables y estimulantes, frente a los que tuvieron una infancia en un medio difícil. Los niveles de aprendizaje y desarrollo cognitivo presentan notorias desigualdades entre un grupo y otro lo que, en algunos casos, pueden llegar a ser determinante en la vida de la persona. Los niños que crecieron rodeados de libros, juguetes educativos, materiales didácticos con colores, letras y números, así como instrumentos musicales, presentaron un grado de desarrollo muy superior a los que no tuvieron acceso a este tipo de elementos sino que, por el contrario, crecieron vinculados a la precariedad o a algún grado de abandono.
La presencia activa de los padres
De la misma forma, la importancia de la presencia activa de los padres es fundamental y determinante para el desarrollo de las capacidades cognitivas de los niños. Se ha observado que los niños que contaron en sus primeros años con padres participativos en la crianza, tanto a través de juegos, estimulación y afecto, alcanzaron un desarrollo óptimo de las áreas del cerebro relacionadas con lo cognitivo, físico y psíquico. Al mismo tiempo, se ha observado que son los 6 primeros años, los trascendentales para este trabajo de ejercitación y estímulo, puesto que se han realizado los mismo estudios en etapas más tardías y su incidencia y diferencias en etapas posteriores no han sido significativas, evidenciando que, solo en este momento temprano de desarrollo, es cuando se pueden establecer las diferencias en estas funciones y capacidades. El alcance de esta falta de estimulación temprana en el desarrollo de los niños esta continuamente en estudio, descubriéndose nuevas incidencias constantemente.
Se ha establecido una relación directa con diversas problemáticas tanto en el área de desarrollo neurológico, como en el de la salud física. Algunas de las incidencias negativas más presentes son el déficit atencional, problemas con el desarrollo de lenguaje y de aprendizaje, lo que conlleva retrasos en el ámbito psicomotor, traduciéndose en un alto grado de fracaso escolar. Por otra parte se han encontrado vínculos con la obesidad infantil. Es por esto que, se ha instalado en la comunidad médica, un profundo interés por diseñar y establecer metodologías de estimulación cognitiva o también llamada atención temprana, especialmente para niños con alteraciones de desarrollo o con altas probabilidades de presentarlos. Con este tipo de programas se logra promover y facilitar el crecimiento y desarrollo de las capacidades de los niños, propiciando así adolescentes y adultos saludables, con herramientas sólidas y eficaces para desenvolverse en el mundo.
Estimulación Cognitiva
La estimulación cognitiva es un conjunto de técnicas y ejercicios con fundamentos científicos que aplicados sistemáticamente buscan desarrollar el máximo potencial de las diferentes funciones cognitivas, físicas y psíquicas del niño así como también prevenir estados no deseados de desarrollo.
Podemos organizar este trabajo en cuatro grandes áreas: lenguaje, motriz, cognitivo y socioemocional, lo que nos permite entender y considerar al niño de forma global siendo fundamental para esto, involucrar también a su entorno y familia en el trabajo de estimulación.
El papel que cumple la familia es esencial, pues puede permitir al niño experimentar y desarrollar sus habilidades sociales, emocionales y cognitivas en un espacio saludable y estimulante, con relaciones personales abiertas, seguras y receptivas.
Los padres de un adolescente puede que no estén presentes cuando estos tomen decisiones acerca de temas delicados como las drogas, la sexualidad, la elección de amigos u otras, pero es fundamental estar cerca en edades más tempranas cuando se establezcan los fundamentos para que sus hijos aprendan a tomar buenas decisiones, entregándoles herramientas de valores y facilitando su desarrollo cognitivo en aspectos como su capacidad para retener y elaborar información, para fijar la atención, para saber equilibrar entre la búsqueda de recompensa inmediata y una visión más a largo plazo contemplando y valorando objetivos y procesos más importantes.
En definitiva, cada niño podrá profundizar y desarrollar más sus funciones cognitivas en la medida que sus padres, familia y entorno le provean de oportunidades estimulantes y seguras para hacerlo, así como también, estén comprometidos con él y su proceso crecimiento.
Cuando hablamos de que, el trabajo de estimulación, considera al niño de forma global, nos referimos a que se centra tanto en sus fortalezas como en sus limitaciones, contemplando su entorno y circunstancias, enfocando su labor en las funciones ejecutivas, que son las que ayudan a desarrollar las habilidades y herramientas para aprender, entre las cuales encontramos la planificación, la memoria de trabajo, la atención, flexibilidad cognitiva y la toma de decisiones.
El trabajo debe abarcar al niño en su totalidad, involucrando todas sus áreas de desarrollo y potenciando al máximo las competencias en cada una de ellas sin llegar a forzar ni imponer, valorando su individualidad. De esta forma también se ayuda a desarrollar la personalidad, a promover la comunicación, participación y motivación, mejorando la autonomía e independencia.
Intervenciones
Los procesos de estimulación cognitiva son diferentes actividades y juegos realizados directamente con los niños y pensados para llamar su atención, aprovechando la curiosidad inherente a esa edad, para así, motivarles e involucrarles en el trabajo.
Estas actividades deben procurar un momento agradable, entretenido y desafiante, generando así, una riqueza en la experiencia y el desarrollo de las habilidades necesarias para un crecimiento saludable. Como ya hemos comentado, la familia es fundamental en este proceso, al ser los proveedores del primer ambiente seguro donde los niños pueden desenvolverse con libertad y tranquilidad rodeados del cariño y afecto de sus padres. Al mismo tiempo, estos son sus más cercanos educadores, transformándose en los principales transmisores de experiencias. En relación con la intervención, los ejercicios y actividades se basan en la estimulación de los sentidos: vista, tacto, audición, gusto y olfato ya que, a través de ellos, los seres humanos recibimos la información que casi instantáneamente procesamos para catalogar y dar sentido al mensaje.
Lo central es que, el trabajo, entregue información medida, necesaria y útil para aprender y para desarrollar las habilidades que nos permitan entender y diferenciar los aspectos significativos del entorno para después poder adecuarnos a él.
Es importante tener presente las características y necesidades específicas del niño, como su personalidad y los rasgos tempranos de su carácter para así poder ofrecer los estímulos adecuados a sus necesidades y requerimientos desde una perspectiva más particular y personal. La planificación de un plan de estimulación cognitiva debe ser siempre desarrollado junto a un especialista que guie y determine, específicamente, las actividades en función del niño y sus necesidades.
En Orientak somos especialistas en Psicopedagogía infantil e intervención y estimulación cognitiva.
Algunos de los aspectos a tener en consideración a la hora de realizar programas de este tipo son:
- Realizar actividades que fomenten y trabajen la imaginación y la creatividad dejando espacio a la creación desde el punto de vista personal.
- Usar materiales lúdicos como herramientas del aprendizaje que sean particularmente llamativos para el niño.
- Captar el interés del niño con actividades desafiantes que permitan utilizar la motivación como un motor más del aprendizaje.
- Desarrollar dinámicas al aire libre que permitan al niño experimentar los espacios a través de sus sentidos y cuerpo, promoviendo el desarrollo de las funciones visual espaciales.
- Promover ejercicios que llamen la atención y propicien la concentración como partes fundamentales de sus dinámicas.
El proceso de crecimiento de una persona es complejo y requiere atención diferenciada en cada etapa, siendo especialmente importante para el desarrollo posterior la edad temprana hasta los seis años.
La estimulación cognitiva a través del juego y el descubrimiento permitirán ejercitar y fortalecer todas las áreas de desarrollo necesarias para el aprendizaje además de aportar placer, liberar tensiones, entretener y poner en funcionamiento las capacidades cognitivas, motrices lingüísticas, sociales y emocionales del niño, permitiéndoles al mismo tiempo expresar emociones y poco a poco aprender a lidiar con ellas.
Si necesitas más información al respecto o estás interesado en alguna de nuestras terapias o programas de estimulación cognitiva, no dudes en contactarnos.