La depresión: Un trastorno que no tiene edad
Un trastorno que puede afectarnos a todos.
La depresión, es uno de los trastornos más presentes en la actualidad.
El presente, con su ritmo acelerado y sin pausa, el individualismo y competitividad instaurados en el mundo laboral junto con la presión por el éxito, facilitan la aparición de esta enfermedad que hoy se extiende silenciosamente y no solo en adultos, sino que también, cada vez es más frecuente en niños y adolescentes.
Cuando hablamos de depresión nos referimos a un trastorno del estado de ánimo que se caracteriza por presentar un sentimiento de tristeza persistente y profundo y, un desinterés generalizado. Esta emoción de tristeza es diferente en cuanto a su intensidad y duración, a la que normalmente pueden experimentar las personas en su día a día y que forma también parte de una vida emocional saludable.
Eventos traumáticos y dolorosos pueden desembocar en una depresión, la cual se presenta como un problema constante en el tiempo, pudiendo extenderse por semanas, meses o años.
La depresión infantil y juvenil
La tristeza se manifiesta de manera diferente en niños o adolescentes y adultos. Naturalmente, los niños se expresan verbalmente de forma más limitada que los adultos y tienen menos autoconocimiento y conciencia de sí mismos. Estas habilidades normalmente se desarrollan y entrenan en el proceso de crecimiento.
Entre niños y adolescentes la depresión es un trastorno muy común, que afecta su funcionalidad, interfiriendo en su crecimiento, desarrollo social, rendimiento académico y en sus relaciones familiares e interpersonales.
Al mismo tiempo, este trastorno presenta un vínculo con otra gran variedad de problemas conductuales, tales como el abuso de sustancias, comportamientos agresivos y violentos, conductas delictivas, conductas sexuales de riesgo, trastornos alimentarios y una mayor posibilidad de presentar trastorno bipolar.
Todo este conjunto de problemáticas asociadas, terminan por configurar un escenario en el que, no solo se ve involucrado el paciente, sino toda su familia y círculo cercano. De la misma forma, podemos observar que la depresión es uno de los factores asociados más presentes al suicidio en adolescentes, por lo que se convierte en fundamental tomar medidas consistentes para diagnosticar y tratar el trastorno en su etapa inicial y evitar así la evolución de este y su prolongación en el tiempo en la edad adulta.
Orígenes y causas
Los estudios y análisis no han podido determinar con exactitud las causas de la depresión infanto-juvenil, pero sí han descrito una serie de factores que están involucrados en la aparición del trastorno, variando la duración y gravedad del mismo.
Aspectos Biológicos
Dentro de los aspectos biológicos que inciden podemos encontrar:
- Historia clínica de los padres, pudiendo heredar de ellos, los genes con propensión a presentar el trastorno, siendo más importante este punto en la depresión adolescente que la infantil.
- El sexo del paciente su vuelve significativo en la adolescencia, donde se presentan casi tres veces más casos de depresión en adolescentes mujeres que hombres.
- Los problemas crónicos de salud también pueden actuar como un factor determinante, incluyendo en esta categoría las afecciones médicas y discapacidades físicas o de aprendizaje.
Factores Psicológicos
En los factores psicológicos:
- Otros trastornos, especialmente los de conducta, de ansiedad o TDAH.
- Aspectos del temperamento como una tendencia a experimentar estados emocionales negativos, acompañados de baja autoestima.
- Dificultades en el desarrollo de habilidades sociales
Área Familiar
En el área familiar:
- Presencia de trastorno psíquico de los padres pudiendo ser estos, depresión, ansiedad, depresión post parto, abuso de sustancias.
- Conflictos familiares como divorcios y separaciones problemáticas, relaciones conyugales nocivas de los padres.
- Mala relación padres – hijo.
- Maltrato y abuso físico y psicológico.
Los factores Sociales
- Dificultades de adaptación escolar, fracaso académico.
- Problemas de interacción con sus pares, falta de amigos, bullying, rechazo, aislamiento.
- Circunstancias sociales adversas: sin hogar, centros de acogida, refugiados.
- Eventos traumáticos y significativos como perdida de algún familiar o violación.Todos estos elementos interactúan entre si creando una compleja y variable red que facilita la aparición de este tipo de trastornos.
Síntomas
De la misma forma que las causas o factores de riesgo que operan para detonar un trastorno de esta naturaleza son variadas y complejas, los síntomas de depresión son muy específicos para cada etapa de desarrollo y necesitan un diagnóstico certero y agudo para descartar otro tipo de problemas.
- En los menores de siete años, la ansiedad aparece como una señal frecuente, junto con irritabilidad que conlleva rabietas y fuertes llantos, de la misma forma pueden presentarse síntomas somáticos como dolores musculares o cefaleas. Desinterés y cansancio generalizado.
- En niños mayores de 7 años, los síntomas en el área afectiva y comportamental se manifiestan como agresividad, irritabilidad, apatía, tristeza, aburrimiento contante, sentimiento de culpa, agitación.
En relación a el área cognitiva presentan problemas de concentración, fobia escolar, problemas de autoestima, problemas de interacción con sus pares en la escuela, baja en el rendimiento académico.
En cuanto a los síntomas físicos aparecen cefaleas, problemas con el control de esfínter, trastornos del sueño, dolores abdominales, baja de peso según su edad, cambios en las conductas alimentarias. - En los adolescentes, los síntomas se comparten con la etapa anterior presentando los ya mencionados irritabilidad, agresividad, mal humor y agregando en ocasiones, problemas con la autoridad, aislamiento, conductas delictuales. También manifiestan conductas conflictivas y antisociales, abuso de sustancias y alcohol, descuido del aseo personal, baja autoestima.
Es muy común que, este tipo de trastorno, se presente simultáneamente con otros como el déficit de atención, trastorno de ansiedad, problemas de adicciones o trastornos de conducta alimentaria.
Existe una seria de factores que actúan como protectores frente a la posibilidad de presentar depresión:
- Relaciones familiares activas y sanas.
- Habilidades sociales saludables.
- Sentido del humor para enfrentar el día a día.
- Valoración social positiva de los logros personales.
- Desarrollar actividad física y/o deportiva.
- Participación en clubes, grupos sociales o en voluntariado, entrar en contacto con valores como la solidaridad, compañerismo y empatía.
- Vida espiritual desarrollada, activa y con un enfoque constructivo y positivo.
Tratamiento
La evidencia acerca de tratamientos farmacológicos de la depresión para niños y adolescentes es limitada y no está respaldada por estudios de larga duración, ni con suficientes pacientes, sino que mayoritariamente en estudios y experiencia clínica de adultos con este tipo de trastornos.Al observarse por primera vez los posibles síntomas de la depresión en pacientes niños y adolescentes, es muy común que, el afectado o su familia, desconozcan el origen de estos, atribuyéndolos a rasgos propios de la personalidad, a la edad u otros padecimientos, lo que retrasa y dificulta la búsqueda de ayuda profesional.
Este tipo de trastorno es crónico y presenta un alto grado de recurrencia por lo que, se vuelve urgente realizar un pronto y acertado diagnostico ,considerando y descartando otro tipo de trastornos asociados, para así poder diseñar junto a un especialista el mejor tratamiento según las características particulares del paciente y la naturaleza especifica del trastorno. Para esto es necesario tener en cuenta la gravedad del episodio depresivo, su alcance y profundidad.
Las intervenciones se realizan en tres áreas diferentes, farmacológica, psicológica y socio-familiar, abarcando así todo el espectro de herramientas disponibles.
- En los episodios leves se recomienda la psicoterapia del tipo cognitivo conductual que enfoca su trabajo en enseñar al paciente y sus familiares a enfrentar los factores que le generan estrés, ya sean del pasado o actuales, así como también a trabajar en solucionar los conflictos familiares, sociales y laborales o académicos ayudando a desarrollar las habilidades sociales y emocionales, entregando herramientas para el manejo del estrés y la ansiedad (ejercicios de relajación) etc.
- En episodios de intensidad moderada se recomienda complementar la psicoterapia con farmacoterapia, incluyendo medicamentos del tipo de inhibidores selectivos de la receptación de la serotonina.
- En los tratamientos de episodios severos de depresión es necesario una combinación de tratamientos farmacológico y de psicoterapia, que generalmente presenta una alza en las dosis de los fármacos y una extensión mayor en el tiempo de aplicación. Cuando los casos se presentan de extrema gravedad es común que sea necesaria la hospitalización del paciente para cuidar su integridad y poder cumplir con rigurosidad las indicaciones del equipo médico.
- En complemento a todo esto en el tratamiento de la depresión infanto-juvenil es necesaria la intervención familiar donde estarán involucrados tanto familiares (padres y hermanos) como cuidadores para poder en esta instancia informar de los síntomas que presentara el paciente y sus implicancias en la vida su cotidiana, aprender a reaccionar de forma saludable a ellos y a aceptar la enfermedad y no promover comportamientos negativos y depresógenos.
Hoy en día los diferentes trastornos depresivos están más presentes que nunca en el mundo, ganándose el seudónimo de la enfermedad del siglo XXI. Su presencia no obedece a un rango demográfico especifico, distribuyéndose en la sociedad sin importar edad, condición social, sexo o nivel cultural, representando un gran coste no solo para la persona que lo padece sino para todo su entorno social y familiar así como también para la sociedad a través de su sistema sanitario.
La complejidad de factores involucrados tantos en su desarrollo, causas y síntomas y su asociación a otras enfermedades hacen que los criterios para su diagnóstico sean aún muy variables y en muchos casos confusos.
Es necesario estar alertas a los primeros rasgos que pudieran asomarse para así poder buscar ayuda de especialistas que pueden facilitar el pronto diagnóstico y tratamiento, facilitando así un desarrollo de la enfermedad más controlado y manejable.
En Orientak somos especialistas en este tipo de trastorno en niños y adolescentes, si necesitas más información al respecto puedes contactar con nosotros.