¿En qué consiste el trastorno explosivo intermitente?

Este trastorno incluído dentro del grupo de trastornos del control de impulsos, tiene como principal característica la aparición de comportamientos descontrolados de ira y agresividad. Las personas que lo padecen, pueden estallar frente a las más mínima frustración, por pequeña que esta sea, sin necesidad de que exista un estado de ánimo previamente alterado y frente a detonantes que, normalmente, resultarían nimios o injustificados.

Por lo general, después de estos arrebatos de ira desproporcionados, en los que la persona no ha sido capaz de medir las consecuencias de sus actos, suele aparecer un sentimiento de culpa al no haber sido capaz de controlar sus impulsos.

En este trastorno son frecuentes los episodios repentinos y repetidos de conductas impulsivas, arrebatos verbales violentos, comportamientos agresivos o reacciones exageradas frente a las situaciones. Circunstancias de maltrato intrafamiliar, violencia vial, berrinches, romper objetos u otras reacciones coléricas temperamentales pueden ser síntomas de la existencia del trastorno explosivo intermitente.

Estos arrebatos explosivos e intermitentes suponen un impacto muy negativo a nivel laboral, en la escuela y en las relaciones y pueden acabar por tener consecuencias legales y financieras.

El trastorno explosivo intermitente es un trastorno crónico, aunque por norma general, la intensidad tiende a disminuir con la edad.

Es frecuente que, los primeros episodios, se produzcan ya durante la infancia, aunque es en la adolescencia cuándo se evidencian de forma más clara sus efectos, especialmente en el nivel de agresividad, siendo comun que la persona rompa objetos, agreda verbal o fisicamente a las personas sin motivo aparente y tengan reacciones violentas frente a situaciones que no las justifican.

Puede darse en ambos sexos, pero es más frecuente en hombres que en mujeres y, sin un tratamiento adecuado, suele cronificarse.

Causas y factores de riesgo de este trastorno

No existe una causa exacta del trastorno, siendo de origen multifactorial debido probablemente se deba a una serie de factores ambientales y biológicos entre los que se cuentan:

  • El entorno

Suele ser común en personas que han crecido en familias disfuncionales donde el comportamiento explosivo y el abuso verbal y físico han sido comunes. La exposición a la violencia desde una edad temprana aumenta las posibilidades de que los sujetos exhiban también rasgos violentos al madurar.

  • Factores genéticos

Algunos estudios sugieren que existe cierta predisposición cuando en alguno de los progenitores del paciente muestra a su vez este tipo de comportamiento.

  • Desequilibrios bioquímicos

Se han podido observar ciertos desequilibrios bioquímicos en el cerebro de las personas que padecen este trastorno, presentando la mayoría una disminución de los niveles de serotonina e insulina y una menor actividad en las áreas prefrontales que se asocian al control de impulsos. También presentan  unamayor actividad en la amígdala que se relacionacon la vivencia emocional.

¿Qué factores de riesgo existen?

Algunas circunstancia acrecentan la posibilidad de padecer este trastorno, como por ejemplo:

  • Personas con antecedentes de otros trastornos de salud mental.

Entre ellas, no es extraño que exista comorbilidad cuando la persona padece un trastorno límite de personalidad, un trastorno de personalidad antisocial u otro trastorno con conductas disruptivas, como puede ser el trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH).

  • Personas con antecedentes de violencia

Las personas que han padecido algún tipo de violencia durante la infancia o con un trastorno traumático compejo, también tienen una mayor predisposición a desarrollar este trastorno.

trastorno explosivo intermitente

Sintomatología del trastorno explosivo intermitente

El síntoma principal de este trastono es la aparición explosivas que sucede sin advertencia y suele tener una duración de menos de 30 minutos. Los episodios se repiten, aunque en ocasiones pueden existir periodos de no agresión de semanas o meses. También es común que, entre los  episodios de agresión física aparezcan otros episodios menos graves, como episodios de violencia verbal. Pero, por lo general, estas personas se muestran enojadas, irritables e impulsivas de manera crónica.

En los episodios violentos aparecen síntomas como:

  • Aumento de energía
  • Irritabilidad
  • Ira
  • Aceleración del pensamiento
  • Palpitaciones
  • Temblores
  • Ahogo
  • Opresión en el pecho

La persona no mide las consecuencias de sus arrebatos y presenta:

  • Gritos
  • Rabietas
  • Amenazas
  • Diatribas
  • Agresiones físicas hacia los demás
  • Y otros comportamientos agresivos

Tras el episodio suele aparecer cansancio y, posteriormente, es común que sientan culpabilidad, remordimiento o vergüenza.

Tratamiento

El tratamiento de este trastorno debe incluir por norma general, terapia psicológica y farmacológica.

Terapia psicológica

Son importantes las sesiones de terapia individual o grupal destinadas al desarrollo de habilidades a fin de que la persona logre, en primer lugar, identificar aquellas situaciones que le generan una respuesta agresiva.

  • Además, es fundamental trabajar la reestructuración cognitiva, las habilidades de comunicación y resolución de problemas y, sobre todo, las strategias de afrontamiento para controlar la ira a fin de:
  • Cambiar la conducta problemática entendiendo porqué se producen esos arrebatos.
  • Desarrollar un plan de acción que ayude a la persona a poder mantener el control de su enojo.
  • Mejorar los aspectos de autocuidado y de tolerancia a la frustración
  • Mantener unos hábitos saludablesy evitar el consumo de ciertas substancias que pueden incrementar la agresividad y el riesgo de episodios agresivos repentinos.

En cuando a la terapia farmacológica:

Existen tratamientos farmacológicos que pueden ayudar a manetner el control de los episodios en el tratamiento del trastorno explosivo intermitente.

Determinados antidepresivos inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina, o medicamentos anticonvulsivos o estabilizadores del estado de ánimo.

En Orientak somos especialistas en Psicopedagogía y en Salud Mental.

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