¿Qué es la ansiedad?

La ansiedad es una respuesta normal que se activa en nosotros para prepararnos ante una situación inesperada o amenazadora, pero puede transformarse en un trastorno cuando se presenta a destiempo e interfiere en el desempeño normal de la persona.

La ansiedad desencadena una serie de síntomas físicos y psicológicos, desde palpitaciones, temblor o sensación de ahogo a sensación de pérdida de control o miedo intenso.

En los niños, los trastornos de ansiedad se presentan de forma distinta a los adultos y dentro de cada etapa evolutiva existen ansiedades normales y relacionadas con el desarrollo normal del niño (miedo a la oscuridad, temor a separarse de los padres o a los desconocidos etc.), pero cuando las preocupaciones o las reacciones del niño o adolescente se vuelven excesivas, los síntomas se vuelven persistentes y generan una gran angustia o afectan negativamente el desempeño normal del menor, podemos encontrarnos ante un trastorno de ansiedad.

Manifestación de la ansiedad en cada etapa evolutiva

La ansiedad tiene diferentes maneras de manifestarse según la etapa evolutiva del menor. Los niños de corta edad suelen expresarla mediante el llanto o la rabieta, algo después suelen aparecer conductas de oposición o conductas desafiantes, también sintomatología somática, como dolores de tripa o taquicardia y en los adolescentes pueden surgir conductas de riesgo, conductas adictivas, respuestas agresivas o incluso autolesiones.

Los trastornos de ansiedad tienen un origen multicausal para los trastornos de ansiedad, siendo una combinación de factores genéticos, temperamentales, ambientales y psicosociales. Suelen ser más frecuentes en aquellos niños cuyos progenitores también los presentan o en los menores con rasgos temperamentales de inhibición, o con modelos familiares ansiogénicos a nivel conductual.

niño rabieta

Trastornos de Ansiedad en la infancia

Trastorno de ansiedad generalizada (TAG)

Se manifiesta en forma de preocupación exacerbada y continua con sintomatología que incluye inquietud, fatiga, dificultad de concentración, irritabilidad, tensión muscular, trastornos del sueño, trastornos psicosomáticos, etc.

Afecta negativamente el rendimiento escolar del menor y también sus relaciones sociales.

Trastorno de Ansiedad de Separación (TAS)

Resulta completamente normal que, los niños, sientan ansiedad al separarse de las figuras de apego. Es un trastorno relativamente común que padecen alrededor del 4% de los niños y niñas y el 1,6% de adolescentes. Generalmente este recelo surge a los seis meses y se incrementa a los dos años, siendo una respuesta adaptativa y un elemento de protección normal frente los peligros del entorno. Pero si este temor se vuelve desproporcionado y afecta al funcionamiento normal del menor se convierte en un trastorno de ansiedad por separación.

Fobias específicas

Se traducen en un miedo excesivo y persistente frente a determinados objetos o situaciones.

Fobia Social o Trastorno de Ansiedad Social

Se manifiesta mediante una preocupación exacerbada a la posible critica de los demás o frente a la idea de resultar el centro de atención. Puede llegar a confundirse con la timidez excesiva.

Trastorno por Estrés Postraumático

Surge a raíz de algún hecho traumático para el niño y entre sus síntomas están la reviviscencia intrusiva del evento en forma de imágenes o pesadillas.

Trastorno Obsesivo-Compulsivo (TOC)

La ansiedad se desata mediante la irrupción de pensamientos intrusivos (obsesiones) acerca de diferentes temas, causando un gran malestar al menor que pretende ser neutralizado mediante la realización de actos repetitivos específicos.

Tratamiento de los trastornos de ansiedad en niños y adolescentes

  • El tratamiento de este tipo de trastorno en menores debe ser adecuado a las características específicas del trastorno y las necesidades individuales.
  • Es muy importante detectar a tiempo los indicios de ansiedad en los niños y adolescentes, pues sus consecuencias pueden afectar negativamente a su desarrollo socioemocional y cronificarse en patologías más graves con la edad.
  • También es importante, para que el tratamiento resulte efectivo, tener en cuenta la influencia del entorno del menor en los procesos de ansiedad, por lo que resulta fundamental la psicoeducación e incluir a los padres en el proceso del tratamiento de manera activa.
  • La psicoterapia Cognitiva-Comportamental también resulta de utilidad y se centra en la modificación de los pensamientos distorsionados o las conductas evitativas y la aportación de técnicas y recursos que ayuden al menor a gestionar la ansiedad de una forma saludable.
  • En los casos de ansiedad por separación, la exposición gradual a las experiencias en las que el niño está lejos de las figuras de apego, puede resultar de ayuda a la hora de tratar el trastorno. Por otro lado, el reforzamiento positivo puede influir en el mantenimiento de este trastorno de ansiedad en aquellos casos en los que, la figura de apego, premian la dependencia excesiva, por lo que la actuación de los padres debe ir a la par con el tratamiento.
  • También se trabaja mediante el entrenamiento en autoinstrucciones, modificando las instrucciones internas del niño que propician la ansiedad y sustituyéndolas por otras que les ayuden a combatirla.
  • Las técnicas de relajación pueden ayudar a los menores a mantener la ansiedad en niveles más manejables.
  • Existen programas específicos dirigidos a padres e hijos con el objetivo de prevenir y tratar los trastornos de ansiedad en la infancia, como El Gato Valiente que trabaja la autonomía de los niños o los programas FRIENDS y FORTIUS, dirigidos a que el menor consiga una correcta gestión emocional.
  • La medicación puede ser contemplada en algunos casos, siempre bajo la supervisión médica correspondiente.

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